Se reconocen tres viajes, cuenta Marimé.
El primero a Córdoba y un poco más allá, como yendo a La Rioja o San Juan (y de ahí la Difunta Correa). En el Renault 6, parando en casa del Turco (se lo reconoce de perfil en una foto) y luego a encontrarnos con ... »
Se reconocen tres viajes, cuenta Marimé.
El primero a Córdoba y un poco más allá, como yendo a La Rioja o San Juan (y de ahí la Difunta Correa). En el Renault 6, parando en casa del Turco (se lo reconoce de perfil en una foto) y luego a encontrarnos con Sergio padre, que visitaba a su mamá y a Elena en algún lugar de Córdoba. Ahí Matilde debía tener un año. Era seguramente noviembre o diciembre 1973, probablemente la primera vez que la bisabuela veía a Matilde, ya no iba a La Plata, el bisabuelo Martin ya había muerto.
El segundo es un viaje al sur con Gustavo Calleja y Alicia Morán, en un fiat 1600. Pasamos por Mar del Plata, de donde era Alicia. En una foto Sergio y yo vamos caminando con dos bolsas, en Mar del Plata, eran las cosas para acampar. En una foto se ve a Matilde de pie, atrás se lee Puerto Madryn (?). Como Gustavo trabajaba en la Secretaría de Energía o algo por el estilo, pudimos visitar las obras del Chocón-Cerro Colorado. De ahí seguimos a Bariloche. En una foto Marimé está tratando de pescar una trucha, ayudada por Gustavo, la trucha me miraba, pero no pico nunca. Principios de 1974.
El tercero es un viaje a Chile con Celina Lacay y Ramon Torres Molina, de paso por ? donde se encuentran con Mingo Teruggi (hay una foto, que falta aquí). Paso por Mendoza, en una foto se ven las curvas de la ruta de Mendoza a Santiago. En otras se ven, en Santiago, el estadio, el comedor universitario, un acto en la calle, cartel de Altamirano, el Pascuero – en una foto se la ve a Lucrecia TM (niña) y en otra a Celina y a Sergio. Verano, principios de 1973. Matilde y Javier TM son bebes de pocos meses.
Con respecto a ete viaje a Chile, se lee en En Lucha (UNLP) :
“Durante la gestión de Isabel Perón, Sergio observa que el gobierno está en una pendiente incontenible. Algunos años antes, había visitado Chile y en el viaje de regreso, su Citroën se detiene en Mendoza para reencontrarse una vez más con su amigo Hugo Lanci. Volvía contento y preocupado a la vez. Lo entusiasmaba la experiencia de la unidad popular que había encaramado al socialista Salvador Allende, pero también lo alarmaba la desorganización de la coalición gobernante. Creía que un golpe en Chile produciría coletazos en la Argentina. Una vez más, sus análisis adelantaban lo que vendría.”
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